lunes, 1 de octubre de 2007

EL hermano...


El hijo prodigo.

Creció con todas las ventajas, amado y protegido por el seno familiar, ¿por que a ninguno de sus hermanos se les dieron los mismos privilegios? ¿Que diferenciaba a este niño de sus hermanos? ¿Que hizo que el corazón podrido de sus padres diera frutos afectivos? ¿Que…?

Así creció el hijo prodigo, envidiado por sus hermanas, mujeres inocentes que no entendían la diferencia, que poca culpa tenían de su desdicha…
Cuando Bebo (así le decían de cariño) era una adolescente prefirió el trabajo, pues los estudios no se le facilitaban, y era bueno trabajando, tanto que pronto se convirtió en gerente de una famosa pizzería, se hizo de dinero, de un auto, y de muchos lujos mas.

Todo parecía ser perfecto para el; Un día conoció a la sacerdotisa egipcia, una mujer hermosa, con la habilidad de manipular a cualquier hombre con sus encantos,
Ahí estaba ella disfrutando de los halagos y regalos de los hombres, alimentando su ego y su avaricia, disfrutando de la insensata mente humana que se rendía a sus pies…

El la miro a los ojos sosteniendo la mirada, como ninguno antes, y ella hizo gala de su habilidad para seducirlo, el ruborizado agarro aire para darse valor y se acercó,
- hola como estas – dijo el, - muy bien, ¿Qué, no se nota?- dijo ella cínicamente…
- ya lo veo, ¿que te parece si te invito a comer, o algo? – tímidamente pregunto,
- lo siento pero no puedo, mi novio, el chico que esta aya, el de los brazos fuertes,
¿Lo ves? – Si- dijo el – bueno pues no creo que le agrade verte cerca de mi, es muy celoso- y Bebo agacho la cabeza retirándose lentamente de ese lugar…

Pero tanto era el encanto de esa mujer que su mente no dejaba de pensar en ella,
Como si estuviera embrujado, cegado por el deseo de poseerla, de hacerla entre sus brazos, de hacerse uno con ella; pensaba y pensaba, buscando la forma de ganar su cariño, su amor, sus besos y toda ella... al grado de buscarla obsesionadamente.

El destino la trajo de vuelta un día de verano, y desesperado por su animal deseo,
Se acerco a ella – Que gusto es verte nuevamente, se que no nos conocemos pero he de confesarte que tu belleza me ha cautivado, no he podido dejar de pensar en ti desde la primera ves que te vi, tu imagen adorna mi mente noche y día, habitas mis sueños y lleno el papel con versos dedicados a tu ser- ella apenada le dijo- para ya de hablar,
Detén tus palabras, no soy una mujer inocente, acaso crees que eres el primero que me miente con tanta dulzura, no son pocos los que han venido a mi en busca de saciar sus deseos morbosos seduciendo con dulces mentiras- confundido y desarmado de su conciencia le contesto- Tiene razón, he mentido, por que no le he dicho que no soy uno de esos hombres, soy solo un joven, que daría todo lo que tiene por un solo beso suyo, que daría asta mi vida por usted.- sorprendía por su atrevimiento dijo- si es eso verdad, vale la pena dejar que mis labios rosen los tuyos, solo para probar que tan verdaderas son tus palabras…

Y así comenzó todo entre Bebo y esa bella mujer…

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